miércoles, 23 de julio de 2014
Eco
Sonaba "Vasoline" en la radio.
Sí, escucho la radio.
No sé si me gusta, pero a veces prefiero no decidir qué es lo que voy a escuchar.
Me gusta el drama de lo desconocido. No en todo, ojo. En la vida, por ejemplo, no. En la música sí porque puedo apagar la radio sino me gusta lo que escucho. Con la vida no puedo hacer eso. Creo.
- Ya sé que eso es lo que pasa... - se paró, corrió la silla, y continuó con su discurso - aunque no sé que ganás con decirme esto. Ya sabés que yo pienso igual que vos, pero son mi familia.
La miré y no supe qué decir, pero aún así dije algo (como casi siempre):
- Para mí que Weiland no es puto. Puede que le guste que le rompan el culo... pero no creo que sea puto.
- ¿De qué hablás? - se sentó de nuevo y miró el piso, como si estuviera buscando alguna respuesta.
Me reí. Miré al suelo yo también. Dejé de reírme.
La miré y le pedí perdón.
Me miró y sonrió. No dijo nada. Se corrió el pelo hacia atrás y se fué a la cocina.
Alejandra es así. Está acostumbrada a mis miserias. Creo que, en el fondo y aunque no lo acepte, le gustan. La hacen sentir más segura.
No, no creo que le gusten mis miserias.
- ¿Qué pensás hacer hoy? - no me miró en ningún momento... hacía algo en la mesada que no podía ver.
- No sé. Me duele un poco la cabeza. Calculo que me voy a quedar en casa.
Tengo que aclarar que no soy un un tipo negativo. Es más, me río mucho. Sobre todo cuando me duele la cabeza.
Me dolía la cabeza.
- ¿Sabés que día es hoy?
- No, ¿que pasa? - si que sabía.
- Hoy es la previa al día del amigo y los chicos se juntan en un bar de San Telmo... ¿venís?
- No.
- ¿Por?
- Porque no tengo ninguna necesidad de viajar hasta un bar a gastar un montón de guita para tomar algo estando incómodo, rodeado de gente horrible y ruido, pudiendo quedarme en casa a hacer lo mismo, pero gastando menos y estando más a gusto.
Salió de la cocina y se acercó a mí. Me miró con la misma cara de desaprobación que siempre antecede al: "pensás las cosas mucho al pedo".
- Los chicos quieren salir.
- Claro.
- ¿Y qué te cuesta?
- Nada. Pero si me voy a juntar por el "día del amigo" no voy a hacer algo que para mí no tenga nada que ver conceptualmente con el día del amigo..
- Los chicos quieren salir, lo sabés. Quieren salir el día del amigo. Y a vos no te cuesta.
- Es verdad, el espíritu del día del amigo es la salida. El espíritu del día del amigo es conocer gente nueva. Gracias por hacerme dar cuenta de que cuando me juntaba con mis amigos a los 10, 12 años en una casa a comer galletitas mientras inventábamos historias y yo despedía lo que estuviera tomando por la nariz de la risa que me daba existir no era una real juntada de día del amigo. Estas lo son. Salgamos así no se producen esos silencios horribles que representan lo distanciados y fuera de sintonía que estamos. Salgamos, que capaz conocemos a alguien y nos divertimos con él.
No me contestó nada.
Se sentó en la mesa a seguir dibujando mientras negaba con la cabeza.
Yo quisiera nuevamente remarcar de manera enfática que no me interesaba salir esa noche.
Me dolía la cabeza.
Me dí vuelta y volví mi vista a la computadora.
Ya había terminado el tema de STP. No sé que estaban pasando ahora. Algo de unos dragones, no sé.
El silencio desatado por ese último monólogo sobre el día del amigo, se interrumpió de repente.
- Te quiero, pero hay cosas que tenés que dejar pasar. Estás estancado en el tiempo. Sos todo el tiempo el pibito que está enojado por haberse convertido en eso que es hoy. Y es su culpa. El pibito debería crecer y aceptar algunas cosas.
No me dí vuelta para contestar.
No contesté.
"Te quiero, pero" es lo único que escuché. Con eso alcanzaba.
Y Weiland no es puto. Puede que le guste chupar pijas, pero no es puto.
Nueva ventana. Twitter.
Una frase ingeniosa. Un chiste muy gracioso. Otro. Que copado todo esto.
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