lunes, 18 de noviembre de 2013

No es tiempo de moralejas (La senda del Bien)


Una lista de cosas que no puedo poner en Twitter porque me denunciarían el perfil por insensible o degenerado (o por ser amigo de Durán Barba). La gente del pajarito no son como los bloggeros, a los que no les importa una mierda nada:

-Aguante la violencia de género siempre y cuando hablemos de la mujer como objeto en un programa para toda la familia. Pero aguante hasta ahí...no lleguemos al femicidio. Eso no. Eso es caca.

-Si al fútbol le sacás la proyección de las miserias personales convertidas en identidades sociales, son 22 boludos atrás de una pelota. Y un montón de plata.

-Si al rock le sacás las miserias personales convertidas en ego, se convierte en música. De la buena.

-Yo digo, no... con el tema este de que las religiones se "aggiornan" (la boludez esa de que hace un par de años quemaban gays y hoy dicen "que cada uno puede hacer lo que quiera", y eso): ¿por qué ya que están, no se modernizan y le ponen un holograma a la religión verdadera y se dejan de joder con lo de la "fe" y la supuesta necesidad de la elección?. Reglas claras, muchachos.

-Nunca se olviden que un pederasta también es un ser humano... es más: es un padre, un hermano, o un tío. Y si no me creen, pregúntenle a mi hermana. O al abortista de la familia.

-Cuando vuelvan a tener 13 años y una piba mas grande que ustedes (que está re buena) se les acerque para hablar (aunque en el fondo sepan que es para joderlos), nunca, pero nunca... a la pregunta "¿Cómo andás?", respondan con un "con los pies". Yo sé lo que les digo: pueden terminar con su vida sexual frustrada, en soledad, y terminar enamorándose de alguien. Y eso de la vida. Y cosas.

-No tiene nada de maduro estar enamorado. O bardear a la gente que te lee. O hacer chistes sobre pedofilia, violencia de género, fútbol, rock o religión. Pero lo de "las mariposas en la panza", la verdad, es que es la apoteosis de la infantilidad.

-Me gustaría terminar con un chiste de judíos. Pero no pinta.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Un "just a ride" y mil "greatest hits" de un día en la universidad de los moralmente superiores


A él le gustaría que supieras que cuando habla, lo hace la mitad en serio, y mitad en joda (y mitad no sabe). Pero no es que te quiera tomar de boludo... es algo así como un método de defensa. Posta.
Vos ya sabés lo que piensa de lo que escribe, pero al mismo tiempo lo publica... así que es como paradójico. Triste un poco, capaz. Pero es que es muy probable que no sepas la tensión que se genera cuando una sensación lo habita completo. Y eso suele suceder cuando está en un lugar donde no puede escribir, cantar, gritar (o lo que sea). Aún así, intenta no perder las ganas, la chispa: cierra los ojos con fuerza, intentando mantener la idea... la asocia con un ruido, con una canción, con una imagen, con un olor. Intenta que se quede ahí, que no se vaya hasta llegar a un lugar cómodo y bajarlo... escribir y nadar en esas palabras, dejando atrás el contexto, los problemas, y eso. Pero no. Siempre no, porque no es lo mismo su casa que un bondi. Él, de alguna manera, cambia dependiendode en qué lugar se encuentra: en el bondi es un buen tipo, y en su casa, un proyecto de humúnculo retorcido y asexuado. Un hijo de puta rencoroso, básicamente. Y desde ese lugar se complica empatizar con alguien.

Calculo que todos sabemos de hijos de puta, ¿no?: ese tipo que está obsesionado con su propia mierda, que caga y le parece estéticamente disfrutable. Y te lo comparte. Y se caga, literalmente, en lo que a vos te importa, o te pasa. Está obsesionado en su propia mierda sin saber que, al final, la mierda es mierda.

Me imagino que ser un hijo de puta debe ser interesante, me imagino lo siguiente de sus vidas, a cada paso: "un tigre dormido, a la vista, a sólo dos metros del único camino posible por el que se puede avanzar... sólo queda cruzar por enfrente del depredador dormido evitando respirar, rezando para que no despierte... todo reducido al azar, a algo que es imposible de analizar, manejar. La vida jugada en cada momento, en cada decisión, pero sin el verdadero control de la situación". Una vida de mierda, vamos. Están para nosotros, y no los apreciamos. Somos una mierda.

"Pasan los mecenas,
pasan los censores,
pasan hipócritas y moralistas,
tiempos peores y tiempos mejores,
quedan los hijos de puta."

Esa señora con cara de orto, que lo miró mal cuando se subió al bondi y a la que estuvo a punto de putear por empujarlo, ve pasar a un Adonis de pibe... y se pone a llorar. Y él se pone mal... es que nunca pidío ninguna responsabilidad. Nunca quiso tener que ver a esa hija de puta, casi llorando, perdiendo fluídos desde su vagina, por culpa de su frígida vida de mierda. Bueno... eso pasó. Él la vío llorar cuando vió pasar al pibe re lindo ése. Lo otro calculo que lo inventó.

Ahora: ¿alguien le pregunta a los hijos de puta cómo se sienten... qué les duele?
Se dió cuenta que el hijo de puta no hace el amor. Pero el hijo de puta tampoco coge. Porque el hijo de puta no es un ser humano... piensa en él, el foco siempre está sobre él. Cuando mueve el foco, el hijo de puta, llora. Puede hasta llorar por otro hijo de puta, cuando se da cuenta lo choto que es uno cuando impone una visión hija de puta sobre la vida. Todo eso me contó. Eso, y que debajo de la piel somos todos iguales. Pero algunos somos mas iguales que otros.

XVII (Mar Del Zvr)

Es real. No es tan pacífico ni tan colorido como lo había imaginado, pero es real. Llegó. Llegamos. Soy real. Siempre fui real.