lunes, 17 de octubre de 2011

Mezcla.


Quiero quererte. Quiero putearte. Quiero que me cuentes cosas que no me importen, para saber que mierda te importa a vos. Quiero conocerte. Quiero enojarme porque no te entiendo, y quiero que te enojes por no entenderme. Quiero hablarte como si supiera lo que quiero, y quiero decirte que no sabés lo que querés. Quiero que me perdones y aprovechar para volver a usar las mismas excusas basadas en razonamientos llenos de pozos y grietas, pero que vas a tardar varias conversaciones en encontrar. Quiero que te vayas lejos, para darme cuenta que no te extraño. Quiero irme lejos para extrañarte. Quiero que pienses que soy algo mucho peor de lo que pienso que soy. Quiero saber que sos humana. Quiero ponerme una careta para después poder quemarla. Quiero pelearme justo antes de dormir, y levantarme de mal humor. Quiero levantarme de mal humor pero al ver tu cara, sentir que no me levanté al pedo. Quiero no ser tan naif, tan boludo. Quiero que seas mágica e infantil. Quiero ser vos, pero sin dejar de ser yo. Quiero que nunca me cuentes los secretos, aunque busque conocerlos durante toda mi vida. Quiero decir muchas cosas... o al menos una inteligente... pero no.

jueves, 6 de octubre de 2011

Seminario sobre la verga y sus distintos usos (estoy enamorado)

Creamos estatuas para embellecer la realidad... pintamos caras que nunca existieron para castigarlas, simplemente, por nunca haber existido. Te escribimos a vos, aunque pienses que no. O escribimos para nosotros. Pero lo importante es que escribimos porque nos duele. Hay un mundo... adentro y afuera. Y duele. Es todo circular y cruel. Tan cruel como le permitimos ser. La diferencias y el mensaje... mi mundo y el tuyo.
Y a veces todo es tan complejo... conceptos que chocan unos contra otros: la furia en la pasividad. Y duele. Brazos entumecidos y manos atrofiadas... ojos que no quieren verse las caras... cuerpos mediocres cansados de estar cansados.
No queremos enamorarnos de nuestras miserias... no pretendemos que lo hagas vos tampoco. No queremos pintar al mundo de colores brillosos (o grises)... no queremos embellecerlo o ensuciarlo. No queremos contarle un cuento y esperar sentados a su lado hasta que se quede dormido (o despierte). Pero es lo que nos sale. Y duele.

XVII (Mar Del Zvr)

Es real. No es tan pacífico ni tan colorido como lo había imaginado, pero es real. Llegó. Llegamos. Soy real. Siempre fui real.