lunes, 11 de agosto de 2014

Awesome Mix


Ayer, pasado el mediodía, me junté con un amigo.
Nos encontramos ya adentro del bar.
Él ya estaba sentado en la mesa, esperándome.
Me vió y, con una sonrisa, señaló que en mi mejilla había un polvo blanco.
Yo lo miré y le remarqué que tenía un polvo blanco en una de las comisuras del labio.
Se rió, y al toque supe que era falopa.
Me reí y se dío cuenta de que era harina de los ravioles que había cocinado para almorzar.
Nos reímos como dos boludos durante un rato hasta que decidimos que era hora del silencio (casi) incómodo.
La mesa elegida estaba en el centro del bar.
Me sentía raro, pero no se lo dije.
Nos contamos cosas banales de la vida y cosas no tan banales y más aburridas.
Recordamos viejas anécdotas de cuando tocábamos juntos en esa banda que era una mierda, y de cómo (casi) pudimos creer que podíamos lograr algo a través de la música.
Básicamente, hablamos sobre la miseria, (casi) sin decirle miseria.
Él actualmente tiene una banda y sigue tocando algo parecido a la mierda que hacíamos juntos.
Yo (casi) no estoy en ninguna banda.
A veces no nos mirábamos a los ojos cuando aportábamos una falsa conclusión moralista a las anécdotas descontextualizadas de cada uno, pero nos reíamos.
Nos reímos mucho durante esas horas, durante esa tarde.
Me dijo de ir a verlo tocar en vivo esa misma noche.
Le dije que sí, que le mandaba un mensajito cuando estaba en la puerta.
Casi le digo que su banda era una mierda y que no iba a ir porque me daba paja. Casi.
Me dijo que me extrañaba.
Le dije que lo extrañaba.
Los dos estábamos siendo sinceros, pero no estábamos muy seguros de lo que queríamos decir.
Nos saludamos y cada uno volvió a sus cosas.
Yo volví a mi casa que, básicamente, es mi cosa.
Cuando llegué, saludé a mi novia con un beso.
El beso pudo haber estado despojado de muchas cosas capaz... pero fué sincero.
Saqué la guitarra, la afiné, y salí al balcón a tocar ese tema de Alice in Chains... ese, el único que (casi) sé tocar.
El perro apareció en el balcón, también.
Me enojé con él, porque siempre que sale al balcón ladra.
Pero no... no ladró.
Ayer, pasada la tarde, pude tomar mate y tocar la guitarra en el balcón.
Y el perro no ladró. (Casi) nunca ladró.

lunes, 4 de agosto de 2014

Batibatir batiboludeces


Hitler fué un pobre tipo que se dió cuenta de que todos los males del mundo se debían a seres muy parecidos a él pero fundamentalmente inferiores, que llevaban el mundo a destruirse o, peor aún, a un estancamiento de la raza más evolucionada en el planeta (que era la suya propia).

Ahora bien, si usted cambia la palabra "Hitler" por "cualquier idiota con complejo de mártir que cree que todo lo bueno que le pasa es debido únicamente a su esfuerzo y todo lo malo por culpa del resto de los seres humanos (con lo cual se desliga de cualquier responsabilidad ante cada uno de los inconvenientes que pudieran sucederse en su tiempo de existencia)", nos encontraríamos con que hay muchos más Hitler's en el mundo de lo que se piensa.

Si me acompaña a continuar con el experimento y cambiamos este texto por cualquier otro de cualquier red social, nos daríamos cuenta que este rejunte de bits estilizados seguiría sin tener un ápice de importancia o trascendencia.

Entonces, si finalmente llenamos el espacio físico que ocupo yo, el autor de este coso, con cualquiera de todos ustedes, el resultado sería un humano que escribe un texto que yo podría llegar a entender pero de manera arbitraria... cercenando miles de asociaciones internas que me resultarían invisibles pero que para ese ser que está ocupando mi lugar en el universo hubieran sido definitorios y fundacionales para la generación de la idea a transmitir.

De todo esto puedo sacar 2 conclusiones:

1 - Está bueno creerte un milagro si considerás que las condiciones de existencia que nos separan son extremadamente distintas e irracionales y que no va a existir nadie como vos... pero es interesante no olvidar que eso que nos hace especiales también nos vuelve seres tristes y solitarios en una búsqueda constante de absolutos en un universo hecho de relatividades (al menos para los que no se creen (mucho mucho) mejores que el resto).
2 - No hay nada especial en mi análisis basado en mi idiosincracia y mis contextos irreproducibles. Aún así, no me canso de decir siempre lo mismo.
3 - Hitler no tenía razón porque su pensamiento es muy de hippie "salvador del mundo" y los hippies nunca tienen razón.
No, nunca.
4 - No sé contar.

XVII (Mar Del Zvr)

Es real. No es tan pacífico ni tan colorido como lo había imaginado, pero es real. Llegó. Llegamos. Soy real. Siempre fui real.