martes, 7 de abril de 2015

Chistes que no hacen reír (porque intento suplantar la falta de talento con una insoportable necesidad de atención (y eso no tiene nada de gracioso))


Entran un argentino, un gallego y un judío a un bar.
El judío entra primero y los otros dos cruzan la puerta detrás de él, conversando.
El argentino, con cierta moderación, continúa con su argumentación:

-Yo te entiendo, pero... ¿sabés lo que pasa?, no creo que la identidad futbolística tenga sentido fuera del ámbito deportivo. Y no lo digo para sentirme más que las personas que disfrutan del fútbol, porque yo también siento pertenencia por cosas que me hacen analizar el mundo en términos absolutos, pero... bueno, no creo que ese conjunto de abstracciones sea algo lo suficientemente "real" como para enorgullecer a todo un país.

-Bueno, tío... disiento con algunos de vuestros puntos pero creo que en el análisis general estamos de acuerdo. Aunque, siendo sincero, vuestra necesidad de crear de cada tema de conversación una tesis me resulta más interesante que el fútbol y su lugar en la cultura.

El argentino esboza una sonrisa y palmea al gallego en la espalda.
El judío, a unos metros de ellos y ya sobre la barra, les llama la atención:

-Muchachos, digan qué quieren tomar. Yo invito.

Un tiburón blanco salta desde la barra y devora al judío, al gallego y al argentino (en ese orden) y luego se retira del bar silbando "Everybody hurts".

***

-Nunca me cogería una mina que estuviera re buena si sólo le interesara mi status de rockero famoso. Eso si fuera un rockero o famoso, cosa que no pasaría nunca porque no me gusta la fama: creo que es una cagada caer en la mediocridad que significa crear arte para un público general y ganar dinero con la repetición de estructuras... no habría ruptura, no habría violencia en lo que hago. Ojo, igual tampoco creo estar empatizando con el rock o con la contracultura que tiene asociada. Creo que estoy viejo para esa carga de rebeldía impostada. De cualquier manera, empiezo a darme cuenta de que estoy viejo para muchas cosas. Inclusive, a veces, hasta para coger.

-Lo entiendo... ¿ya eligió el juguete para la "Cajita Feliz" del nene?

***

Mi casa, mis paredes, mis columnas (no pienso), la sorpresa en el espejo, mi mujer (las mujeres), mis viejos, el laburo, mis aspiraciones, la falta de aspiración (la inspiración), lo que me gusta, lo que desearía que me guste (esclavo de la biología), la gente como algo abstracto, mis amigos, los amigos de mis amigos, la gente que me mostró lo que no quería ver (no me dejen solo), la gente como una cosa, yo como una cosa, estar conmigo, no estar con nadie, pensar en alguien (el horrible hedor que genera el reinicio perpetuo).

Un chiste que perdió la gracia (aunque, capaz, en realidad, nunca la tuvo).

2 comentarios:

Guillermo Altayrac dijo...

¡Muy bueno el último! Jajaja.

Gorda Iteración dijo...

Un montón de gracias.
Por pasarte y por el comentario.
Gracias.

XVII (Mar Del Zvr)

Es real. No es tan pacífico ni tan colorido como lo había imaginado, pero es real. Llegó. Llegamos. Soy real. Siempre fui real.