miércoles, 25 de mayo de 2016

La balada de la bala


Nunca fui un chico progre. Nunca tuve una amiga real. Es más, creo que siempre generé miedo en las mujeres. Calculo que es porque soy/era un pajero y eso se nota. Calculo.
En realidad, bueno... arranquemos de nuevo. En realidad yo no quería hablar de esto. Quería escribir una especie de ensayo sobre la violencia que arrancaba contando que en este momento estoy escuchando 30 Seconds to Mars. Y que cuando escuchaba eso alquilaba películas en un videoclub, las miraba, las disfrutaba y las devolvía. Y no hacía mucho más de mi vida. Hoy ya no disfruto de las películas, pero no sé qué otra cosa hacer.
Me gustan los superhéroes. Desde hace mucho tiempo. Desde antes de las películas. Desde esa época en que la podías pasar mal si te encontraban una historieta en la mochila.
No me acuerdo el nombre del videoclub. Lo atendía una señora que se llamaba Olga. No sé si era la hija de ella, pero a un amigo le gustaba mucho una piba que andaba por ahí. A mí no. En esa época yo no estaba bien. Era adolescente, calculo. Calculo que todos los adolescentes la pasan mal. Calculo.
Pensaba escribir desde la nostalgia, pero no me pareció justo banalizar el concepto de "violencia". Así que no importa que nunca haya tenido una amiga mujer. Pero es que era muy inseguro. Y sé que estaba mal. Hoy lo entiendo, pero no lo podía manejar.
Creo que me dan miedo las mujeres. Y creo que le hice mal a mucha gente. Creo que todavía lo hago.
Ojo, creo que hubiera quedado bueno plantear la violencia partiendo de la nostalgia, pero no sé si se iba a entender lo que quería decir. Es el riesgo de la ficción.
Tal vez consuma gente como si fueran películas. Tal vez debería dejar de buscarle defectos y disfrutarlas. O de verlas como si fueran algo más que entretenimiento. Siempre es la misma duda.
Tal vez me intente consumir como si fuera una película.
Tal vez mi vida no pueda describirse en una secuencia de acciones coherentes.
No sé si algo de esto tiene sentido. A veces me siento solo y no hay mayor cumplido para la soledad que no poder siquiera desglosar la sensación para ser consumida por el otro.
A lo que voy es que soy un pajero. Y un boludo. Y un violento. Soy un nene progre de mentira. Y a veces me acuerdo de cosas.
Soy un montón de cosas.

Ah, para aclarar: iba a poner la foto de la escena del crimen de Sharon Tate pero me pareció muy fuerte así que, bueno... puse la que puse.

3 comentarios:

María Font dijo...

Te encanta esa foto de Sharon, eh?

María Font dijo...

(Qué bueno que escribiste)

Gorda Iteración dijo...

Podría decir que lo que me gusta de esa foto es el peso cultural que indudablemente tiene, pero estaría mintiendo. Es algo más básico, más primitivo, más choto. Bah, eso dicen las malas lenguas.

(Gracias. Un montón.)

XVII (Mar Del Zvr)

Es real. No es tan pacífico ni tan colorido como lo había imaginado, pero es real. Llegó. Llegamos. Soy real. Siempre fui real.