lunes, 17 de enero de 2022

I (Mar Del Zvr)



Despierta. Olores extraños (le cuesta respirar). Oscuridad. Sonidos circulares lo confunden. No sabe lo que sucede (o sucedió). No sabe dónde está. Sus recuerdos son difusos. Ve un mar, o un río. Agua, mucha, que golpea sus pies. El sol (¿que es el sol?) brilla en el cielo y la luz que emite acaricia su rostro (hay algo extraño en la idea, en un “rostro”). La sensación. La palabra que aparece es “nostalgia”. Está en la orilla, parado, alrededor de osamenta. Algo lo golpea. Tinieblas nuevamente (¿eso era un sueño o un recuerdo?). Escucha voces (¿o es otra alucinación?). Grita. Comprende algo en el proceso. "Entiende" su voz, como si fuera la primera vez. Pide ayuda pero nadie responde (¿qué esperaba?). La voz parece alejarse (no la suya propia… la otra, la extraña). Comienza a arañar las paredes buscando una forma de escapar. Ya no hay voces, ya no “entiende”.
Ruido.
El ruido lo rodea.
Son moscas (¿pero por qué no son voces?).
Tiene miedo.
La humedad es insoportable.
Zumbidos.
Todo es barro (¿está bajo tierra?). Vuelve a sentir pasos y golpes. Una luz se cuela a través de las paredes. Las moscas. Patrones en la habitación, mensajes que no entiende en las formas (¿qué está buscando?). Golpea una y otra vez sobre la grieta hasta que consigue generar un hueco por el cual salir.
Respira profundamente y el color inunda el mundo. Descubre el horizonte detrás de lo salvaje. Llora. O más bien, lágrimas corren por su mejilla. No sabe por qué.
Cree oír algo detrás de él. Se da vuelta y ve algo que le llama la atención. No sabe qué es, pero lo toma.
Y avanza.
No mira atrás.
Logró escapar, aunque no sabe por qué ni de dónde.

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XVII (Mar Del Zvr)

Es real. No es tan pacífico ni tan colorido como lo había imaginado, pero es real. Llegó. Llegamos. Soy real. Siempre fui real.